Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) fue la personalidad más influyente de la Generación del 98. A lo largo de su dilatada existencia, Unamuno cultivó todos los géneros literarios: libros de ensayos (<i>En torno al casticismo</i>, <i>Vida de don Quijote y Sancho</i>, <i>Del sentimiento trágico de la vida</i>, entre otros), obras teatrales (<i>Fedra</i> y <i>El otro</i>, etc.), poesía (<i>Poesías</i>, <i>Cancionero</i>, <i>El Cristo de Velázquez</i>, etc.), novelas y cuentos (<i>San Manuel Bueno, Mártir</i>, <i>Niebla</i>, <i>La tía Tula</i>, <i>Amor y Pedagogía</i>, etc.). Sus preocupaciones recurrentes fueron la historia y la esencia de España; la figura de don Quijote como símbolo de la raza y del ser humano empeñado en no plegarse ante la sociedad; la existencia de Dios y las incógnitas del más allá.